Friday, October 21, 2005

Etilicamente Correcto


Mire mi rostro,
pareció hablarle
a mis ojos
que caían atiborrados de cerveza.

La severa mirada reprendió mi cabeza
el pulso idiota de mi cuerpo sacó su afilada daga
y se la ofreció como sacrificio
a la muchedumbre del bar.

Volvi a mis andanzas
brindando por ellos
nada es perfecto
en este lugar.

Todas iban a ser reinas
me expliqué
mientras los parroquianos huían del recinto
y la oscuridad nublaba mis ojos con su insolencia.

Mañana será otro día
pense al acostarme en la acera
para sentir una vez más
aquellas manos que me acarician
me miman y cobijan mi rostro
sin odio, egoismos ni la estupida revancha
que me hace huir cada vez más rápido de mis pisadas.