Si, lo confieso... en estos días he andado pegado escuchando la primera época de esa antigua y siempre bien ponderada banda trasandina llamada Los Gatos. Si, ese extraño lapso de tiempo un tanto inocentón en la que se mezclan los talentos de gente que, 20 años después no juntaban ni pegaban; Oscar Moro, Ciro Fogliatta, Kay Galiffi, Lito Nebbia, y Alfredo Toth, y el prematuramente desaparecido Tanguito entre otros personajes.
Es rock para niños, meloso, un tanto empalagoso y con gancho. Ñoño a full, pero eso ¿Es malo? Yo creo que no. Los lolitos rosarinos tocando son simplemente impecables. Y con algo de análisis un tanto pegado, hay cositas de Stax, de Motown del soul de Chicago, que, guardando las proporciones, no tiene nada que envidiarle a Box Tops o incluso, a Booker T más sus derivados (MG's y Memphis Horns). Junto a ello, mucha maroma sicodélica, pistas en reversa, y juegos de estudio recién sacados de Abbey Road.
Pero hay un problema. Líricamente Litto Nebia, no es Luis Alberto Spinetta. Pero al igual que éste, muchas letras aparecen forzadas, medias arrellenadas y por lo mismo un tanto obvias. La cosa, sin caer en la cebolla, está a medio centímetro de caer al pozo negro del lagrimón barato, alegre o tristón, pero sin nigún sentido. Es más, si no me equivoco, las mejores canciones de la primera banda de rock argentina tales como "La Barca" y otras, son de autoría de Tanguito y fueron popularizadas por los cuatro rosarinos.
Sin embargo, como primer esbozo de rock en Argentina, nadie puede desconocer su precedente. Por su éxito masivo marcaron la pauta para todas las bandas argentinas hasta nuestros días.
¡Bien por Los Gatos!
