Monday, November 19, 2007

Carta al Viejito Pascuero

Junto con saludarlo... le cuento a lo que vengo. Si, porque comparativamente al año pasado, me he portado harto bien. Estadísticamente me he mandado menos cagás que el año pasado, he actuado con responsabilidad, me he preocupado cinco centimetros más por mis semejantes... Ante ello, que nos queda? Ud. sabe... ese noble instrumento musical... se ve lindo cierto??? Con los cabros de RADAR sonaría DE PELOS!!! ¿No cree Ud? Yapos... entonces mueva su rojo culo y gestione, cosa que aparezca por mi hogar y así contribuir con mi felicidad... le parece? ¿Que soy materialista? ¿Consumista? No se, no me venga con huevás... Yo lo quiero y punto.

Thursday, November 08, 2007

Seminare/Eiti Leda



La tormenta en la cordillera. Un viento de mierda. Una nevazón capaz de sepultar a cualquier cristiano. La máquina 320 de "El Rápido", corta los copos de nieve como una flecha, quizás como un rompehielos tratando de alcanzar los limites del mar Antartico.

Dentro del bus, en la cabina de los conductores, suena "Seminare" por los parlantes.
En su versión bailanta, tropical, huachuchera, y un tanto decadente. Muy ordinaria.

------------------------------------------------------------------------------------------------

"Quiero verte la cara/brillando como una esclava negra/sonriendo con ganas/Lejos lejos de casa/ No tengo a nadie que me acompañe a ver la mañana/Ni que me de la inyección a tiempo/Antes que se me pudra el corazón/Ni caliente estos huesos fríos/Nenaaaaaaa"



¡Puta la huevá triste! -dijo la Kiltra, frente a una gran sarten de salchichas que chirriaban en la cocina.
Con poca energía,lanzó lejos el cucharon que cayó estrepitosamente en la cerámica del suelo.
Acto seguido, partió a tenderse en la cama para desaparecer, sin ojos,
moral ni discurso, ante los tibios e indiferentes ojos del mundo que la rodeaba.

Tuesday, May 22, 2007

Tía, Salgo a Recorrer el Mundo para Saber al Fin lo que es el Miedo... (pt 1)

Esta historia la lei hace mucho tiempo, en un libro que se llamaba "Niños de Todo el Mundo", el tomo 3 de esa gran enciclopedia "El Mundo de Los Niños" editada por SALVAT EDITORES en aquella España moribundamente franquista de fines de 1973.
La ficha técnica decía Mexico, y estaba escrita por un tal Antoniorrobles (sic).

Narraba la historia de Doña Ensalada del Bote, quien se encontraba cagada de miedo en su hogar, vapuleado por una inclemente tempestad (con truenos, relampagos y una ventolera muy padre). En vista y considerando que su miedo era muy grande, manda a llamar a su sobrino Quique Risafuerte, quien raudo parte a hacerle compañía a su tia.
En el momento en que la tormenta arreciaba, el relato señala que una de las puertas se abrió estrepitosamente, y el viento se dejó entrar en la casa. Presá de un susto indescriptible, Doña Ensalada del Bote le dice a Quique:

-Sobrino mio, anda a cerrar la puerta. No puedo mover un dedo del miedo que tengo.

-JAJAJAJA soltó Quique una de sus estruendosas risotadas.... ¿Qué es el miedo? Yo no se lo que es eso. Así es que mañana parto temprano a recorrer el mundo en busca del miedo...

Así Quique llamó a uno de sus hermanos para que cuidara a su tia Ensalada, y emprendió camino...

Saturday, April 21, 2007

Escena III




Mi piel se quemaba. Mis manos agarraban firmemente una tontisima compilación de Dick Dale, que -después de Gene Krupa- era absolutamente imprescindible que llegara al mueble negro (o el reino oculto de mis Cds). Después de preguntar por una cajita de 5 discos rotulada como Left Of The Dial, con lo mejor del "rock andergound" apareció en una estantería y quedé de una pieza. Como si hubiese visto el diablo. Con un fondo colorido y con cinco aprendices de flaites entre 5 y 7 años, se impuso con cierta insolencia su carátula. Y su nombre. REGGAETON PARA NIÑOS. La puse entre mis manos y hasta ahora no me puedo imaginar que traia. La Gasolina en versión para infantes de cuna. Don Omar, pára dar de pecho; Mis primeros pasos con Tego Calderon. Mis primeros versos con Daddy Yankee:

Ya tu mirada con la mia estan saciandose
Tu piel rozando con mi piel y sofocandose
Y en la noche me imagino devorandote
Atrapandote, provocandote

¿Para Niños? Incomprensible. Incluso llegué a pensar que aquella magna obra fue lanzada por la Fundación Paz Ciudadana para sostener sus impresentables tesis sobre delincuencia. O que fuera una cruzada de la Iglesia Católica para aumentar el flaiterio y contrarrestar la anticoncepción.
Pero hasta ahora no me cabe en la cabeza. Yo que me sentía superado por el Efecto Mozart con la carátula de Andrea Molina, simplemente esto no sabría como calificarlo. Ante ello sólo queda esperar que llegue el fin de los tiempos...

Tuesday, February 13, 2007

El Shileno Patiperro; una gran pestilencia

“Pedro Plaza estaba en las últimas, en la cochina calle, y acababa de vender su ropa usada, pero tenía una capacidad infinita de derroche, de gasto inútil. Entró, pues, al hotelucho ese, palpando en el bolsillo los billetes nuevos que acababa de cobrar de un ropavejero, y pidió un Calvados, un “calva” de buena marca,

-Y usted –preguntó la gabacha-, ¿No parte?
-No madame. Soy chileno.
-Pues no se le nota. ¿Es grave eso?
-No es una enfermedad, madame, es una nacionalidad”

“El Inútil de la familia” de Jorge Edwards.


Leí esas palabras de Edwards, en una de las mejores contratapas que he encontrado en un libro, se trata de la edición de “Criollos en París” del tío del aludido, Joaquín Edwards Bello, vuelta a lanzar al mercado a un precio bastante accesible, por Aguilar Editores.

Es la historia de chilenos en el extranjero, los mismos que ahora transcurridos 74 años desde primera edición del libro, en medio del exitismo económico post Pinochet, el mar de deudas al cual se acostumbraron las familias a nadar mes a mes y la emergencia de la clase media, nos dan el coraje y las patas para salir a conocer el mundo, y mostrarnos frente a él no sin cierta cuota de insolencia y descaro.

A juzgar por el texto de Edwards Bello, nada ha cambiado. Ni esos aires en insolencia dados por el otrora fuero diplomático –convertido ahora en ese chileno nuevo rico, canchero y prepotente al peo, en billeteras con dinero constante y sonante, y en ese “shilean-american way of life” , ignorante, retrógrado, provinciano y farandulero, como tampoco en ese chauvinismo barato, un tanto tarado, recalcitrante y por sobre todo, ordinario.

Al leer la contratapa del libro, recordé a aquella familia rubiecita, limpiecita, repleta de cabros chicos, de ademanes prepotentes y de hablar escandaloso, que esperaba el avión en el Aeropuerto Benito Juarez, para llevarlos a Cancún. O una vieja pelotuda que en la víspera de su partida a Miami y Disneyworld (¿Habrá un destino más siútico que ese?), llenó una gran maleta con Coca Colas y mostaza JB, aduciendo que la “mostaza de los gringos era demasiado mala”.

Recordé también a todo ese ejército de chicos UDI que partieron –junto con sus familias- a la canonización de alguno de sus santos siniestros en la Plaza San Pedro y cuya dieta eran puras hamburguesas del Mc Donalds. Se me vino también a la mente la pregunta –hecha no sin prepotencia en los restaurantes mendocinos- “¿Donde está el chorizo del bife que le pedí? Por que yo pedí un bife chorizo”. O los autos con patentes chilenas doblando en segunda fila –ante el estupor de todos- en aquella ciudad argentina.

Y llegué a la misma conclusión que la gabacha del texto; ser chileno, ante los ojos del mundo, es una horrible enfermedad. Un mal execrable que ni el tiempo, ni las revoluciones, como tampoco las buenas intenciones, logran extirpar de raíz.

Saturday, February 03, 2007

Escena II

Siempre he pensado que las mujeres con los brazos y axilas peludas, son víctimas de maleficios tipo macumba o de algún mal de corte exótico. Desde chico he imaginado que el pelo en aquellas partes del cuerpo comienza a operar un cambio, cuya recta final será la completa transformación en algún animal desconocido, cuyo rastro –como el celacanto- será reclamado por la humanidad en decenios, siglos o milenios más tarde.
O como aquellos sapos del Medioevo que, resucitados mediante ósculos inocentes, volverán a la vida, condensados en formas principescas, un tanto decimonónicas, pero adorables.

Friday, February 02, 2007

Escena I

En una de esas noches –en que las calles se encandilan, la cerveza fluye como un río de leche por las gargantas y la conversación deriva hasta nuestras taras y complejos que nos marcan cotidianamente- un interesante diálogo se registró entre Jaime, el Mingo y yo:

-Creo que si alguna vez, esta banda comienza a despegar, me voy a arrendar una limusina, voy a contratar un servicio de escorts y saldré a parrandear todos los viernes en la ciudad en la que me encuentre- dijo Jaime.

-Eres muy huevón- le espeté yo- ¿Cómo se te ocurre botar la plata de esa forma? Y se supone que si una banda es famosa, uno ya deja de gastar dinero en cosas que caen por si solas- le agregué.

-Pero ese es mi dinero- me interrumpió Jaime. ¿Y como tu vas a romper guitarras cada vez que se te presente la ocasión?

-Si –le repiqué- pero eso es un poco más sensato que tu propuesta- dije, dando por terminada la conversación.

Afuera la gente seguía bebiendo, y el Mingo movía significativamente la cabeza, dando por entendido que hay cosas en la vida, que simplemente nunca tendrán algún arreglo.

Friday, January 05, 2007

Cien Cosas que Odio (última parte y final)

Y seguimos en esto...

75.- El calor de este continente en los meses de verano.
76.- El cerebro en escabeche que me hace vagabundear por la ciudad.
77.- Las preguntas vagas y sin sentido.
78.- El saqueo indiscriminado de las conciencias de este territorio.
79.- la poesía mala, barata y sin sentido de páginas semejantes a esta.
80.-La indolencia de quienes -por creerse pollos- dejan de asumir sus compromisos.
81.- Los ciegos de caracter
82.- Quienes usan las palabras como un bálsamo para ocultar siniestras intenciones.
83.- La cumbia sin riesgo.
84.- Los flaites politicamente correctos.
85.- Los politicos flaites.
86.- Los operadores políticos.
87.- El rock progresivo.
88.- Las alarmas que suenan y suenan invitando a la desgracia.
89.- Listas tontas y sin sentido como éstas.
90.- El numero 90 de la lista.
91.- Mis tediosos 15 años.
92.- Los helados que se está comiendo la gorda que está escribiendo al lado mio.
93.- La mugre que se acumula en las máquinas que fabrican salchichas.
94.- El tic tac de los relojes.
95.- Los notebooks pegados.
96.- Mis tediosos 30 años.
97.- El futuro de pendejo, aun esquivo ante las vueltas de la vida.
98.- Las películas nuevas.
99.- Las máquinas.
100.- Y el mundo sin derechas ni izquierdas.