Thursday, November 17, 2005

Mitos y Vejetes...


Un interesante descubrimiento realizaron científicos de la Universidad de Exeter. Cierta enzima, suministrada en pequeñas cantidades, transforma a ancianos decrépitos en fuertes centauros, mientras que las abuelitas quedan transformadas en verdaderas sirenas. Todo un acontecimiento; la mitología y los cuentos de hadas, al alcance de una pensión vitalicia relativamente modesta.

¿El problema?

Los centauros compiten con los hombres por las mejores tierras; las sirenas, por su parte, reptan por la costa, en busca de jóvenes mancebos para llevarlos y adiestrarlos, como criaturas de las profundidades. Sin lugar a dudas, el invento que cambió al mundo.

Wednesday, November 09, 2005

El Club de los Hijos de Puta

El Club de los Hijos de Puta volvió a reunirse una vez más, en aquel sótano que los vio nacer, mientras desangraban el bolsillo de sus protegidos. Al igual que 30 años antes, se tomaron su buena champañita, trituraron a aquellas sombras que -según ellos- no los dejaban dormir y acordaron en que el más bruto de todos sus hijos, volvería a ser el presidente.
Y no se arrepintieron. A dos años de su ascensión al poder, arrasaron ciudades, campos y familias completas, a punta de balas, picanas, alicates en las tetas y una que otra bendición del cielo, para sanarlos del poder escondido de aquellos infieles que -según ellos- querían exterminar su estúpida forma de vida. Sin lugar a dudas estaban cagados de miedo. Al igual que la expresión comunmente usada "El elefante arrasando con la cristalería", los hombres de la capucha blanca -numerarios de la gran Puta- estrangularon a sus semejantes, por su propio bien y por los designios del Señor que siempre son misteriosos.
Y como son muy misteriosos los caminos del Señor, Este ya hastiado del grado de patudez de sus falsos guías, decidió alinear sus planetas y poner a toda la lenocinia cofradía al borde de un fuego que ardió lentamente, al ritmo de sus petrodólares, sus gustos caros, la tonta beatería y su falta de preocupación por la gente de a pie. Y ahí, a fuego lento y durante siglos, se quemaron a carne viva... pagando todas y cada una de sus tropelías.-