Saturday, February 03, 2007

Escena II

Siempre he pensado que las mujeres con los brazos y axilas peludas, son víctimas de maleficios tipo macumba o de algún mal de corte exótico. Desde chico he imaginado que el pelo en aquellas partes del cuerpo comienza a operar un cambio, cuya recta final será la completa transformación en algún animal desconocido, cuyo rastro –como el celacanto- será reclamado por la humanidad en decenios, siglos o milenios más tarde.
O como aquellos sapos del Medioevo que, resucitados mediante ósculos inocentes, volverán a la vida, condensados en formas principescas, un tanto decimonónicas, pero adorables.

1 comment:

M C said...

Una vez me paso eso. Cuando se echo a perder la epilady. pero todo tiene solución, ahora uso cera.