Tuesday, December 20, 2005

With The Beatles...



Cuando caí en mi sueño -sin que me molestaran las sirenas de los carros bombas, los gritos de las minas dando jugo y los balazos y botellazos de mi barrio- entre al mundo de fantasia, nunca jamas, monstruos peludos y todo el hueveo propio de toda la tontera... Y estaban los Beatles. Si, Los Beatles, Paul, John, George and Ringo se encontraban en algo parecido a un camarín y a juzgar por su aspecto, se encontraban en la gira de Rubber Soul.

Sin lugar a dudas eran muy divertidos. Al igual que en los documentales y testimonios sonoros de los Four Fab, John y Ringo eran los payasos, mientras que George se mostraba más reservado y Paul el mismo weon pesado que a mi se me imaginaba después de escuchar sus discos.

Fue extraño... conversaba con la gente de la banda, y otros (incluido el mismísimo Klaus Vorgman) y Epstein se paseaba desesperado mirándome como el intruso que yo era.

-¿Como llegó Ud. por aquí? -preguntó el manager del grupo.

-Si lo supiera se lo diría -respondí esbozando una leve sonrisa en los labios.

-Pero todo parece indicar que abrí los ojos y estaban ustedes aquí -proseguí, sin quitar la mirada de John, que en ese momento tomaba su Epiphone Casino y se la apoyaba en el regazo.
Consciente de que yo me encontraba ante un momento histórico, le dije a Klaus que me sacara una foto con los 4 Fab. Diligentemente el colaborador de los Beatles sacó una máquina alemana Leyca de 35 mm y nos juntó a todos -incluido Epstein- e inmortalizó el momento. Lo divertido fue que después de este hecho, le dije que por favor, dentro de unos 30 años más, escaneara la foto y me la mandara a mi e-mail. Me miró con cara de "pobre weon este" y siguió conversando con Ringo.

Y como lo hacía Peggy Sue en esa mala película del cable, cuando sostenía -en 1951- que el hombre llegaría a la Luna en 1969, yo recordaba a Pet Sounds un año más tarde, Todd Rundgren a comienzos de los 70's y a Alex Chilton en 1974. George parecía no imaginar que trabajaría con Spector en All Things We Must Pass e Imagine, sólo estaba escondido en un recodo de la mente de John Lennon.

Todas esas melodías circularon por mi cabeza hasta que en un rincón del cuarto, me topé con un ejemplar deslavado de Salinger. Y pensando en el Guardían en el Centeno, volví nuevamente -y de un momento a otro- a poner los pies en esta tierra.-

1 comment:

Anonymous said...

Funny history, beautiful dream... keep on dreamin'...