DIOS SALVE A SYD!!!!

SYD BARRETT (1946-2006)

Las noticias cuando llegan, golpean los rostros y los recuerdos... la realidad se lanza en pelotas sobre nuestras cabezas, peleando con ella como gatos monteses. Hoy mientras la oscuridad nos baila cierta danza insolente, la lluvia nos moja, el frio se nos mete entre los dedos nos enteramos de la noticia de que Syd Barrett, la única pieza y cerebro decente de esa banda llamada Pink Floyd fue llamado a ocupar su lugar en el firmamento. La noticia me desconcertó... y me hizo darme cuenta de varias cositas:

1) Clara y afortunadamente el tipo NO estaba viviendo en Concepción. (ese mito urbano huevón que tenían los penquistas)

2) Resulta extraño -con lo cagado que estuvo Barrett- que no se hubiese muerto antes. (yo pensé que este momento llegaría hace unos cinco años atrás)

3) Barrett era Pink Floyd. Roger Waters era la cara y el periódo más importante de la banda, pero The Pipper at The Gates Dawn es una oda manifiesta a la marginalidad, a vagar y recorrer el mundo con sólo los dedos de los pies acariciando la tierra. La primera placa de Floyd es un viaje por todos los recuerdos infantiles y los infiernos que de cuando en cuando nos atacan en la rutina diaria; en ella nuestras pesadillas se van colando a través de las letras infantiles y esas candidas melodías -a las cuales uno les prendía parafina y todo comenzaba a arder por los cuatro costados- a uno sencillamente lo cautivaban.

4) Efectivamente se puede hablar de un antes y un después de Syd Barrett. El echó a correr engranajes nunca antes vistos en el mundo del rock and roll y formó algunos de los mejores momentos dentro de la historia del género.

Es por esta razón que: SYD BARRETT HA MUERTO... DIOS SALVE A SYD!!!

ps: Recordaba hace unos días cuando, en un acto casi temerario, le mostré a mi sobrina, la Vale -que en ese entonces tenía 4 años- The Piper at The Gates Dawn... Y se me venía a la memoria su cara alucinada con los sonidos de los cuervos, los relatos de los gnomos y las batallas interestelares. Seis años más tarde al sapear en una ocasión su mueble de discos, pude ver que en el anaquel ya estaba la primera placa de Pink Floyd...