Tuesday, June 27, 2006

Hudson Line (pt.2)




When your mother sends back all your invitations/And your father to your sister he explains/That you're tired of yourself and all of your creations/Won't you come see me, Queen Jane...?
La luz brillaba, despues de atravesar esos algodonosos copos de nubes rompiendo la grava del asfalto. El ruido de los camiones imponía su pesada rutina, y mientras tanto, Elisa caminaba sin dejar de mirar atrás. Los pasos sucedían uno a uno a pequeños reflejos de conciencia, mientras su cabeza decía adios a todo lo moderno que deparaba en ese momento la gran ciudad.
Nada parecía importar en aquel momento, ni el cielo gris que transportaba a las aves hacia el calor de exóticos rincones del mundo, como tampoco el cemento que centímetro a centímetro iba cediendo su imponente presencia frente a arbustos, bosques, praderas y tractores. A medida de Elisa avanzaba pesadamente, internándose a través de las granjas, las praderas y pastizales, el viento poco a poco comenzó a recorrer su menuda talla, dejando entrar al frio y la soledad hasta que pronto la oscuridad devoró todo el camino y solo una fria puerta se dignaba en recibirla bajo su cobijo. Una luz mortecina bailaba con el lento crepitar de las paredes de lo que parecía ser un granero, mientras que una sombra atizaba un oxidado cacharro, cuyo contenido se evaporaba indiferentemente sobre ese fuego. Ese fue el momento en que aquella sombra la vio entrar y sólo le preguntó indiferente:
- ¿Tienes frío?
-Algo- dijo ella, tratando de medir un poco sus palabras
Fue así que los ojos del viejo se tornaron a un terrorifico carmesí que a medida que los minuteros recorrian la oscuridad, blandía cierto temor para doblegar las miradas de algunas de las más corajudas criaturas de la noche.

1 comment:

Muy Matrera said...

Ella levantó el talón, luego el pie y emprendió la marcha.
Como única compañía para su viaje, que la soledad.
Saludos, quiero seguir leyendo.